Así funciona la caída de cabello por estrés

Lo creamos o no, la caída de cabello por estrés es la segunda causa más importante de pérdida de pelo después de la genética, afirma el Dr. Bessam Farjo, cirujano de restauración del cabello en Farjo Hair Institute. Esto es sinónimo de preocupación para muchas personas ya que, debido al ritmo de vida, el estrés forma parte de su día a día.

Para entender cómo funciona la caída del cabello por estrés, debemos saber que un cabello sano tiene un ciclo de vida que consta de varias fases:

1. Fase de crecimiento o anágena

Dura entre 2 y 7 años, el pelo nace y crece pegado a la papila. En esta fase, el folículo está sano, sus células tienen una actividad permanente y el cabello tiene un crecimiento constante. Cuanto más dure esta etapa, más largo será el cabello.

2. Fase de transición o catágena

Tiene una duración de 3 a 6 semanas. El pelo deja de crecer y se separa de la papila. La actividad de las células del folículo se detiene y deja de crecer el cabello.

3. Fase de reposo o telógena

En esta fase, el folículo descansa y el pelo comienza a caerse. Dura entre 2 y 3 meses y, a lo largo del proceso, la raíz del pelo permanece en el folículo. Cuando termina esta etapa, el ciclo del pelo comienza de nuevo con la fase de crecimiento.

La buena noticia es que no todos los cabellos se encuentran en la misma fase al mismo tiempo, de ser así, cada cierto tiempo nos quedaríamos completamente calvos. De hecho, expertos aseguran que alrededor de un 85 % del cabello se encuentra siempre en fase de crecimiento (anágena), y solo el 15 % se encuentra en fase de reposo (telógena).

Sin embargo, este ciclo se ve interrumpido cuando nos sometemos a una situación de mucho estrés psicológico o físico.

¿Por qué se presenta caída de cabello por estrés?

Aunque no se ha identificado con exactitud todo lo que hay detrás de esta situación, se sabe que el cuerpo reacciona de distintas formas frente al estrés y el cuero cabelludo es especialmente sensible a estos episodios, sobre todo, al aumento en los niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se genera en situaciones de estrés y que dificulta la circulación en el cuero cabelludo.  

Además, en la mayoría de los casos, a la caída de cabello por estrés se agregan la falta de sueño, la mala alimentación, el sedentarismo, el consumo de alcohol y tabaco, entre otros. Todos ellos refuerzan la caída y son derivados de las rutinas actuales.

Así se llaman los tipos de caída de cabello por estrés

Los niveles elevados de estrés se pueden traducir en:

• Efluvio telógeno: situaciones de estrés importante provocan que muchos folículos pilosos pasen a una fase de reposo. En unos meses, los pelos afectados pueden caerse repentinamente con solo peinarse o ducharse.
• Tricotilomanía: es una necesidad irresistible y recurrente de arrancarse el cabello de la cabeza, las cejas o de otras zonas del cuerpo. Esta puede ser una forma de afrontar el estrés, la tensión, la soledad, el aburrimiento o la frustración.
• Alopecia areata. Entre los factores que la causan, se encuentra el estrés. En la alopecia areata, el sistema inmunitario del organismo ataca los folículos pilosos, lo que provoca la caída del cabello.

Cabe resaltar que cuando la caída del cabello es por estrés, los cambios no se ven inmediatamente. El crecimiento del cabello podría verse afectado de tres a seis meses después del episodio, pero no siempre se nota y no siempre pasa. Cada cuerpo reacciona de formas diferentes.

¿Cómo tratar la caída de cabello por estrés?

La caída del cabello por estrés es reversible, por lo que se suele resolver de forma espontánea y la reactivación de los folículos pilosos se logra progresivamente dentro de los tres o cuatro meses siguientes a la época de estrés. No obstante, la pérdida de pelo en sí misma puede causar más estrés, provocando un círculo vicioso difícil de romper si no se trata.

Por todo lo anterior, las principales acciones a realizar son:

Manejar el estrés: ya sea practicando la respiración consciente, haciendo meditación o yendo al psicólogo. También, la realización de actividades diarias que generen felicidad son un gran complemento. No tienes por qué ir al gimnasio, la felicidad también se encuentra en acciones tan simples como sacar a pasear al perro.

Crear un entorno positivo: con el trabajo desde casa, por ejemplo, las situaciones complicadas pueden ser más difíciles de manejar, ya que estamos entre cuatro paredes y, a veces, solos. Es posible que incluir elementos agradables en el área de trabajo (aromas relajantes, colores bonitos o diferentes texturas, etc.) haga la diferencia.

Estimular el cuero cabelludo: debido a que el cortisol dificulta el flujo sanguíneo a través del cuero cabelludo, una gran herramienta son los masajes capilares. Una de las opciones es hacerlos con aceite de ricino o romero y cepillos especiales para este propósito o, simplemente, con los dedos.

Aplicar tratamientos especiales: siempre de la mano de un dermatólogo, se utiliza Edapil, un producto cuya fórmula integral fortalece el cabello, detiene su caída y estimula su crecimiento. Tiene una mezcla de activos de origen botánico, y sintético, que actúa sinérgicamente y ataca los principales factores que causan la caída del cabello.

Llevar una dieta equilibrada: las dietas muy restrictivas y el déficit de hierro, vitamina D y zinc potencian la pérdida de cabello. Un nutricionista siempre será una buena guía para el consumo correcto de alimentos y multivitamínicos.

Esto es solo la punta del iceberg, además de la caída del cabello por estrés, hay muchos otros factores que influyen en la pérdida del pelo. La clave está en visitar a un especialista cuando la situación se sale de las manos.